El transporte de equinos puede ser una tarea desafiante, especialmente cuando se trata de grandes distancias. Como estos animales requieren cuidados específicos, es necesario planificar y prepararse adecuadamente para asegurar la seguridad y el bienestar de los caballos durante el traslado. En este artículo, daremos algunas recomendaciones sobre el transporte de caballos: desde cómo elegir el vehículo adecuado hasta cómo preparar al animal para garantizar que llegue a su destino en buenas condiciones de salud.

Tipos de transporte

Los caballos pueden ser trasladados por los medios habituales: aéreo, marítimo, fluvial, ferroviario y, el más común, el transporte por carretera.

En el transporte terrestre se utilizan remolques para uno o dos animales, con rampa de entrada trasera y rampa de salida delantera (aunque pocos remolques cuentan con este recurso). También se utilizan camiones, que pueden ser abiertos o cerrados. Los abiertos son los conocidos como “boiadeiros” (camiones ganaderos).

Estos presentan la gran desventaja de no proteger al caballo contra las inclemencias del tiempo y de no ser un medio seguro para el animal. Los cerrados, también llamados Box, ofrecen mejores condiciones: son seguros, protegen contra el mal clima y proporcionan cierto confort, ya que cuentan con divisiones acolchadas que evitan lesiones.

Cuidados antes y durante el embarque

  • El caballo debe recibir granos (pienso, maíz, avena, etc.) solo hasta dos horas antes del embarque. Administrar este tipo de alimento cerca de la hora del viaje puede ocasionar trastornos gastrointestinales.
  • En los momentos previos y durante el transporte, se deben ofrecer únicamente alimentos voluminosos como pasto verde o heno de alfalfa o gramíneas. Los caballos viajan más tranquilos si están comiendo.
  • Administrar agua a voluntad.

Protección del caballo durante el transporte

Cuanto más protegido esté el cuerpo del caballo, menor será el riesgo de traumatismos. Las partes que deben protegerse son:

  • Corona del casco: con protectores específicos, campanas o vendas de crepé.
  • Miembros: con protectores especiales de espuma o fieltro, revestidos en nailon o cuero. La protección de los anteriores debe llegar hasta la rodilla y en los posteriores hasta el corvejón.
  • Nuca: debe estar cubierta con un protector anatómico de fieltro y cuero, que evita golpes contra el techo del vehículo.
  • Cola: el protector de cola evita lesiones por roce con las paredes del vehículo. Su colocación debe hacerse con cuidado, pues si queda demasiado ajustado puede causar gangrena, y si está flojo puede caer y herir la cola.
  • Manta: en climas fríos, el caballo debe llevar una manta ligera que lo proteja del viento y de las bajas temperaturas, evitando exceso de calor.

Paradas y descansos

El transporte por carretera debe prever paradas de descanso:

  • La primera a los 30 minutos de viaje.
  • Las siguientes, cada 2 horas aproximadamente, con una duración de 20 minutos.
  • En viajes largos, se recomienda una parada cada 8 horas para descanso de 5 horas, donde los caballos puedan beber agua, caminar durante 30 minutos y, si es posible, recibir una ducha.

Documentación sanitaria

Es obligatorio contar con la documentación sanitaria correspondiente. Entre los requisitos se encuentra el certificado de examen para Anemia Infecciosa Equina (AIE). También pueden ser exigidos certificados de Influenza, Muermo y otros.
Por ejemplo, para ingresar a Argentina, además de los mencionados, se requieren pruebas de estomatitis vesicular, arteritis viral y piroplasmosis.
Además, se debe portar la documentación del caballo y la Guía de Tránsito Animal (GTA).

Consideraciones finales

Son pocos los propietarios que realmente transportan a sus caballos con comodidad y seguridad. Es común ver, sobre todo en invierno, caballos trasladados sin manta de protección contra el frío y el viento, o en condiciones precarias.